Columna de Silvia Paillan: Botín de guerra
No debiese extrañar leer ataques entre oposición y oficialismo en política, es casi un deporte, al que el votante informado se termina por acostumbrar.
La máxima suele ser “esto es sin llorar” pero ¿qué pasa cuando es desde tu mismo sector que las criticas arrecian con mayor fuerza? Hacemos como Kiko en la serie “El chavo del 8” y respondemos: “¿¡Acúsalo con tu mamá!?”. Difícil. Pero lo ocurrido esta semana con la Seremi de Gobierno en la Araucanía, no es nuevo, lo ha vivido la ex mandataria y hoy Alta Comisionada de la ONU.
Atención, estas líneas están lejos de ser una defensa de género sin análisis, mucho se le puede cuestionar a la ex mandataria respecto de su política, particularmente el abandono en que durante su segundo Gobierno dejó a nuestra región y lo discutible que puede ser su manejo en algunas temáticas. Girardi lo reconoció hace poco, respecto de las políticas ambientales, de las cuales hoy, el senador quiere ser paladín. O el manejo de su Gobierno en el denominado conflicto mapuche.
Mi cuestionamiento va mucho más allá, va al punto de retomar el timón como electores y votantes, y recordar la diferencia entre la figura política que surge de una elección popular versus la que es designada. Y la pregunta surge automática. ¿Cuál es el rol de un parlamentario? A mi entender está en legislar, en promover el desarrollo del territorio al que representa y mediante leyes de presupuesto y otras, promover el surgimiento de políticas de fomento a estos territorios. Representar las voces de esos habitantes en el parlamento, y evitar, por ejemplo “zonas de sacrificio” promover la inyección de recursos, mejorar la conectividad, derogar y actualizar leyes como por ejemplo la asociada al código de aguas, entre muchas otras.
Respecto de las autoridades designadas, la vocería de Gobierno, efectivamente debe entenderse como la bajada local de políticas que surgen desde La Moneda, evitando los personalismos, donde lo importante no debiese ser el vocero sino la política pública, pero ¿qué hacemos con figuras que sobrepasan esa barrera como lo fuera Francisco Vidal y hoy, Cecilia Pérez? En el caso de la seremi Bersezio, es ¿su falta de experiencia lo que hace que destaque más su imagen que el mensaje? ¿está haciendo campaña? ¿No lo hacen todos? ¿Cuál es la línea entre la campaña personal versus la colectiva de un Gobierno? Son buenos temas de análisis.
Sin duda, se agradece cuando el acento está en la fiscalización del gasto público y que de los anuncios se pase a la acción, y que los planes se transformen en inversiones concretas. Pero me pregunto, antes de “dialogar por la prensa”, ¿se agotaron las vías directas de manifestar las inquietudes? , ¿vale la pena quitarle estabilidad al propio sector? ¿Es pecado capital la aspiración política que motiva a las autoridades a salir de sus oficinas e ir a terreno y escuchar las necesidades? Y lo pregunto desde la vereda ciudadana, pues me interesa una Araucanía que prospere. Creo que el “win win” del que hablan los economistas debiese aplicarse a todas las esferas.
Y atención, que ya lo dije en una columna anterior, el ataque a lideresas tampoco es cuestión del “mundo huinca” (no me gusta este concepto pero se entiende), me ha tocado escuchar a muchas lamngen que han tenido -y tienen- que seguir legitimando su derecho a expresarse y a sobresalir en organizaciones masculinas, sólo por tener una notoriedad que molesta a quienes siguen creyendo que la política es cuestión de hombres.
Confío en que nuestra región crezca con un parlamento que lleve la mirada local a la agenda nacional y que al igual que los medios de comunicación volvamos al “win win” pues una Araucanía próspera y unida en ese objetivo; desde lo ciudadano como el ejemplo que nos dieron los jóvenes del Friday For Future marchando por las veredas de Temuco en completa calma, nos permita retomar nuestra propia agenda y con ella la política de los acuerdos, que -creo- nos beneficia a todos.
“Este proyecto es financiado a través del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional de La Araucanía”