Manuel Guerra, Fiscal regional Oriente: “Hay un nivel de organización destinada a realizar acciones vandálicas, pero no vemos un propósito político”
Todos preparan marzo. Ya está claro que así lo hace Carabineros, las Fuerzas Armadas, el gobierno, los servicios de atención de salud, el comercio y el transporte. Todos. El Ministerio Público también.
El ente persecutor tiene a su cargo, entre otras, todas las investigaciones por ataques al Metro, violaciones a los derechos humanos y fallecimientos en estado de excepción. Por eso, ya alista su propio plan marzo, a partir de la experiencia aprendida tras el 18 de octubre.
El fiscal regional Oriente, Manuel Guerra, tiene bajo su jurisdicción las investigaciones de los hechos violentos ocurridos, principalmente, en Plaza Italia, Parque Bustamante, Plaza Ñuñoa; en las estaciones de Metro Pedrero, Macul y Baquedano; 600 casos de eventual violencia institucional por parte de las policías; y también los reiterados ataques a la subcomisaría de Peñalolén.
A más de cuatro meses del inicio del estallido social, Guerra analizó con La Tercera cómo han avanzado estas investigaciones y también cuál será el rol para marzo de la fiscalía que él encabeza.
¿Qué han detectado en los ataques a Metro, hubo coordinación para esos atentados?
En el ataque al Metro Pedrero hubo un llamado para afectarlo el día 21 de octubre, pero el 18 de octubre, en redes sociales, se comenzó a conocer que se estaban tomando distintas estaciones, por lo que esta acción se adelanta y se hace más violenta aún, terminando con el ataque e incendio a esta terminal. Yo creo que este caso da cuenta de que, si bien había una mirada muy álgida, muy dura de lo que estaba ocurriendo en ciertos grupos de distintas áreas, que llamaban a manifestarse en las estaciones de Metro, luego el proceso de destrucción se genera más bien espontáneamente, y se traduce en la acción violenta de destrucción que se propagó por toda la ciudad.
Pero ¿no ven atisbos de una organización donde se haya dicho: “A las 23.00 nos juntamos y quemamos estas estaciones”? Porque hubo ataques a una misma hora en siete estaciones, por ejemplo…
No, no había eso. Hubo una coincidencia horaria, porque se adelantó ese día el cierre de las estaciones de Metro y eso mismo generó el deseo de parte de las personas de querer tomarse las estaciones. Y en ese afán y en ese ímpetu, las queman. Pero no tenemos, al menos en la zona oriente, un plan previsto destinado a quemar la red de Metro e inutilizarla. Luego del 18 de octubre, y en otras manifestaciones, en ataques a bienes públicos, sí vemos algunos niveles de organización diferente.
¿En qué niveles y en qué casos?
En todos los hechos que ocurren en torno a Plaza Italia y que terminan dañando las instalaciones del Departamento de Postgrado de la Universidad de Chile, daños y quemas a un acceso de la estación Baquedano, donde participan también esos mismos elementos en la destrucción del Hotel Principado y en la Hacienda Gaucha. Ahí nosotros vemos que hay personas que se convocan previamente, que además se preocupan de llevar acelerantes, de fabricar molotov, de destruir en días sucesivos, y eso habla de que hay un nivel de organización más que nada destinada a realizar acciones vandálicas, pero no vemos un propósito político. Eso es lo que tenemos a nivel de organización, pero también tenemos otras investigaciones más delicadas que estamos llevando adelante, pero no están lo suficientemente avanzadas como para poder extraer conclusiones.
Cuando dice que no hay un propósito político, sino que vandálico, se infiere que no se ha detectado una influencia extranjera…
Quiero ser superclaro: nosotros actuamos sobre la base de la evidencia con la cual contamos y de los hechos que somos capaces de establecer. Elucubraciones hay muchas sobre este tema, especulación también, teorías, sin duda, y nosotros tenemos como misión no descartar ninguna hipótesis. Pero lo que podemos decir es que conforme a los avances de las investigaciones no vemos hasta el día de hoy esa influencia extranjera, en los hechos que se generan el 18 de octubre, ni tampoco en los ocurridos con posterioridad. Lo que vemos son personas de nuestro país que en un principio actúan dentro de un reclamo que se estaba dando días anteriores. Luego, uno ve que en determinadas ocasiones, y hemos tenido detenidos en casos particulares, donde hay un nivel de organización destinado a vandalizar, pero en ningún caso una acción destinada a tomarse el poder. No vemos una megaorganización que dirija todos los ataques y que tenga un propósito político claro.
¿Se está investigando a la “primera línea” como tal, como una posible organización?
Como organización no, porque no nos ha llegado información policial que nos haga investigar eso. Lo que sí tenemos son personas determinadas en un lugar, desarrollando acciones de desórdenes y ataques, pero las estamos investigando, hay detenidos incluso, pero no hay una investigación que se llame “primera línea”.
Material publicado por La Tercera