Tras escándalo PS, Servel asistirá a partidos para “limpiar” sus registros de militantes

Dicen y repiten que no lo hacen por reaccionar ni responder al descalabro del Partido Socialista. Ni menos solo por acoger la solicitud de su aún presidente, Álvaro Elizalde, de que les practicaran una auditoría a su registro de militantes y que así despejaran toda duda que haya alimentado la pira interna que ya lleva un mes y una semana. Y aunque explican con miniaturas que no tienen facultades para depurar padrones a pedido, los hombres del Servicio Electoral (Servel) igual decidieron intervenir en el desorden que acusan algunos colectivos en su feligresía.

Argumentan que estaban trabajando en esa línea desde antes, pero el escándalo detonado por Canal 13 -que en San Ramón ex militantes socialistas expulsados participaron en las internas del 26 de mayo- apuró las cosas. Y en los próximos días el Servel invitará a los presidentes y secretarios generales de los partidos a una reunión ampliada, que será seguida de encuentros por separado para tratar algunas dudas derivadas de ese caso y de otros. La idea es prestarles asistencia en cómo tomar medidas para “limpiar” sus listados de inscritos, entre otras urgencias. Mientras algunas voces hablan de una “mesa técnica” para abordar el problema, otras le bajan el perfil.

“Vamos a fijar una agenda o pauta a tratar con ellos, donde puede estar lo de los requisitos de afiliados, cómo mejorar la información para que los partidos puedan tener depurados sus registros. Estamos viendo cuándo, pero seguramente será este mes”, explica el presidente del Consejo Directivo del Servel, Patricio Santamaría.

El asunto -recordemos- se origina en sospechas incubadas en el drama PS: si acaso hay militantes que no debieran serlo por tener encima condenas judiciales a pena aflictiva (que por ley privan a uno de sus derechos ciudadanos, como militar y votar), o si hay impedimentos de corte ético, o incluso de genuina identidad partidaria. Elizalde, apremiado por la gresca interna, apeló a un ente imparcial y pidió al Servel auditar su padrón.

El problema es que el Servel ha dicho desde el día uno que no puede ni va a auditar un registro que ya lo está. Que lo hacen por defecto, casi automáticamente, mes a mes e incluso semana a semana a través de un mecanismo tal vez obvio, pero poco conocido. Además del caso socialista, en la UDI ha comenzado un re-refichaje para ubicar a sus militantes zombies (que no se reficharon pero tampoco renunciaron) para evitar una mayor sangría a manos de José Antonio Kast y su en formación Partido Republicano.

“Nosotros, antes incluso de la situación del PS, decidimos asumir un rol que tiene que ver con la atribución de esta facultad que nos dio la reforma legal del 2016, de contribuir al desarrollo democrático. Y dentro de eso está algo que ya empezamos: reunirnos con todos los partidos políticos y tener sesiones de trabajo”, ahonda Santamaría, quien se apura en aclarar que “no diría que es una mesa técnica”.

“No es a partir de la situación del PS específicamente, pero sí, coincide. De hecho, probablemente sea el primer tema que trataremos con los partidos. Pero la decisión ya estaba tomada y será una instancia permanente para aunar criterios con los partidos”, detalla.

Lo que sí harán es concordar criterios y orientar medidas para evitar nuevos problemas. Pero en el servicio insisten en que, por ejemplo, el padrón socialista “está legalmente impecable”. Para entender tal vez valga la pena detenerse unos pocos párrafos en cómo se limpian o depuran los padrones por defecto.

Cómo se depura un padrón

La cosa funciona así: cada partido remite al Servel su registro de militantes. Cada tanto aceptan o rechazan solicitudes de ingreso, y suspenden o expulsan afiliados. Si el afectado no está de acuerdo, apela al tribunal supremo interno. “El Servel no tiene facultades para auditar padrones. Lo que hacemos es recibir información que los partidos han chequeado previamente”, insiste Santamaría.

El organismo electoral recibe la nómina ya chequeada, y sobre ésta aplica los siguiente filtros de depuración, en base a información que recibe constantemente de cerca de una decena de entidades.

Por ejemplo, elimina automáticamente del padrón a las personas que pierden su ciudadanía, o su derecho a militar y votar, por tener una pena aflictiva (desde tres años y un día hacia arriba) cada vez que la Corte Suprema le entrega un listado oficial. Esta semana ambas entidades firmaron un convenio para hacer más expedito ese tráfico. El detalle lo recibe el Servel semanalmente.

Tammbién rehabilita esos derechos a quienes cumplen su sentencia, en base a nóminas que le entrega el Ministerio de Justicia. Del Registro Civil también reciben información que determina a quiénes eliminar de los padrones o habilitarlos para: personas fallecidas, quienes han cumplido 18 años, partidas registrales modificadas por cambio de nombre o sexo (estiman que habría alrededor de treinta casos mensuales), o cambio de domicilio, entre otras situaciones.

El Departamento de Extranjería y Migración les hace llegar, además, los datos de inmigrantes que cumplen requisitos para votar (pero no pueden ser elegidos).

“El artículo 22 de la Ley 18.603 establece que tenemos la obligación de mantener actualizado el registro de afiliados”, remarca la autoridad electoral, pero “no tenemos la facultad” de determinar si un militante de San Ramón es más o menos socialista o éticamente socialista. Otras voces del servicio insisten en que “no nos vamos a mover de la ley”.

El Servel ya se reunió (el jueves 30 de mayo) con delegados de los partidos para abordar un instructivo que les extendió y en que les demandó ordenar sus normativas para elecciones internas. Eso fue, precisamente, a raíz del bochorno socialista y los malogrados procesos que experimentaron la UDI (sus internas electrónicas fracasaron y debieron repetirlas con papel y lápiz) y Ciudadanos (que se dividió en medio de acusaciones de fraude tras unos comicios por internet).

Esa vez hubo reclamos de Renovación Nacional, cuyos representantes alegaron que el Servel no está facultado para imponerles criterios ni menos reglas. “Conversamos, tenemos la mejor de las relaciones, y (David Huina, delegado de RN) quedó a la espera de revisar el documento final, donde se acogieron algunas de los planteamientos de los partidos, para ver si recurría al Tribunal Calificador de Elecciones”, relata Santamaría.