Reveladoras cifras del efecto de la pandemia en las mujeres deja estudio del Observatorio Laboral Araucanía

Según un estudio nacional de Comunidad Mujer 44 millones de pesos al año se ahorra el país por concepto de trabajo no remunerado, cifra reveladora y que da pie para el reporte que recientemente realizó el Observatorio Laboral Araucania, parte de la alianza de IDERUFRO y el Ministerio del Trabajo a través de Sence; y que consistió en analizar los efectos del COVID19 en el mundo del empleo pero con enfoque de género.

Datos que fueron reveladores si se considera que en la región el 41,2% de los hogares son liderados por mujeres , siendo trabajadoras informales, migrantes y mapuche quienes se encuentran en una mayor situación de vulnerabilidad.

Si de empleo se trata, la feminización de los principales sectores económicos afectados por la pandemia donde: la participación femenina en el trabajo doméstico alcanza el 91,3% , seguido del sector asistencia social y salud con un 73,5% , donde además se conjuga una doble vulnerabilidad al ser la primera línea de respuesta ante pacientes contagiados.

Le siguen la educación donde un 71,3% de los docentes son mujeres,  y finalmente, el alojamiento y servicios de comida donde la mujer representa 54,6% , sector que aún permanece cerrado. Realidad aún más cruda en el mundo rural e indígena donde un hombre recibe ingresos por $250.193 mientras una mujer , en igual perfil, recibe $152.300 pesos.

“El sector asociado al turismo se ve duramente impactado, mientras los sectores de enseñanza y salud, ven efectos positivos en cuanto al aumento de demanda sin embargo, resulta paradojal la vulnerabilidad asociada a ser la primera línea de respuesta y por lo mismo estar expuestas a contagios de COVI19”, enfatizó Catalina Garrido, analista del Observatorio Laboral Araucania

Por su parte, el Seremi del Trabajo, Patricio Sáenz indicó que el efecto de la pandemia no tan solo en Chile va a generar una serie de nuevos desafíos. En este contexto se está evidenciando una destrucción de empleos que se está viendo reflejada claramente en las tasas de participación tanto de hombres  como de mujeres en distintos sectores productivos.

“Es importante hacer notar que justamente en el empleo femenino es donde más nos cuesta, además de otros segmentos como los discapacitados, jóvenes y personas mayores. Son en estos grupos donde debemos asumir desde ya que esta tendencia se marcará más aún cuando se acabe la pandemia, porque además los varones que han perdido su fuente laboral al terminar esta crisis competirán en el mercado laboral junto a las mujeres.

Por otro lado, las trabajadoras que siguen ocupadas también tienen nuevos desafíos como por ejemplo enfrentar el teletrabajo y compatibilizarlo con las labores que desarrollan o han debido asumir en sus hogares”.

Sin embargo, para Garrido, el confinamiento cruzado con las cifras en materia de empleo, dejan en evidencia no sólo la necesidad de fomentar la corresponsabilidad que permita reducir la cifra que hoy sitúa a la mujer con más del doble  del tiempo dedicado a trabajos no remunerados; puesto que mientras hombres de entre 25 a 45 años dedican 3,3 horas diarias, mujeres del mismo segmento llegan a 6,7 horas diarias, con el consiguiente efecto en su  calidad de vida. Sino además la necesidad de fomentar cambios en la áreas en las que las mujeres deciden insertarse

“En base las dimensiones  analizadas se hace necesario un cambio cultural en torno a los roles de género , que tienen que verse a cómo desde pequeña se incentiva a las mujeres a estudiar carreas o disciplinas vinculados a lo femenino como el cuidado y hogar, lo que hace que las mujeres nos insertemos en sectores económicos cuyas condiciones laborales son más inestables y remuneraciones más bajas” , puntualizó

Por último, es importante hacer notar que en cuanto a los puestos de trabajo que se han perdido en este contexto, en la región han sido los hombres quienes según el INE en el último trimestre febrero-abril mostraron un aumento del 14, 3 vs el de las mujeres que fue de un 10,3, lo que sin duda generará una presión mucho mayor para las mujeres que salgan a buscar trabajo. “Allí el desafío será como proponer políticas que apunten a generar nuevos espacios y oportunidades para ellas y aminorar en la medida de lo posible las consecuencias de la emergencia sanitaria”, enfatizó Sáenz.