Fiscalía cita a Ezzati como imputado por encubrimiento de delitos sexuales
El Mostrador
“Tengo la convicción de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia”, aseguró en un breve comunicado el cuestionado arzobispo de Santiago. El próximo 21 de agosto deberá prestar declaración ante la Fiscalía Regional de Rancagua.
El próximo 21 de agosto, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, deberá declarar ante la Fiscalía Regional de Rancagua en calidad de imputado por la eventual responsabilidad que podría caberle en el delito de encubrimiento, de acuerdo a la citación que llegó en horas de esta mañana a la sede del arzobispado.
De este modo, el cargo más alto de la Iglesia católica chilena se verá cara a cara con la justicia en el marco de la investigación del Fiscal Regional de O’Higgins, Emiliano Arias, en torno a los abusos sexuales cometidos por miembros del clero.
Sin embargo, a través de un comunicado, el arzobispo de Santiago hizo sus descargos y expresó que “tengo la convicción de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia, y como ciudadano cumpliré con mi deber de aportar todos los antecedentes que contribuyan a esclarecer los hechos”.
La declaración de Ezzati es clave, considerando que en el informe divulgado este lunes por la Fiscalía se indica que hay al menos 5 casos de encubrimiento u obstrucción a la investigación por parte de superiores de congregaciones u obispos a cargo de una determinada diócesis.
En los últimos días varios elementos han puesto al cuestionado Ezzati contra la pared. Primero, fue la detención de su ex canciller, Óscar Muñoz, por abusos de menores que habría cometido aún después que el arzobispo supo de sus delitos. A esto se suma la denuncia de los abusos que no investigó en Concepción, cuando encabezó esa arquidiócesis entre 2006 y 2011.
Más recientemente, se hizo pública una carta del obispo Alejandro Goic, quien se desempeñaba como obispo de Rancagua y presidente de la Comisión Nacional de Prevención de Abusos. En ella, le advirtió a Ezzati en 2013, en pleno caso Karadima, que los casos de abusos son “un pecado gravísimo” y “un delito civil” y que el hecho de no hacerse cargo los pone en situación de “cómplices”.
Sin embargo, en su comunicado de este martes, el arzobispo de Santiago expresa que “reitero mi compromiso y el de la Iglesia de Santiago con las víctimas, con la búsqueda de la verdad y con el respeto a la justicia civil”, lejos del tono empleado la semana pasada, cuando adoptó la postura de víctima y criticó el clima de “maledicencia” que a su juicio hay contra la Iglesia católica.