Autoridades Socialistas acusan al gobierno de abandonar política de RR.EE.
En el escrito, al que tuvo acceso La Tercera, se plantea, fundamentalmente, que el gobierno de Chile “se ha plegado incondicionalmente a la estrategia norteamericana” respecto de la crisis venezolana y que ha roto con la “tradición de autonomía de nuestra política exterior”.
“Es sobradamente conocido que tradicionalmente la política exterior de Chile se ha practicado como política de Estado”, señala el texto.
Además agrega que “esa gran tradición no inspira a los actuales gobernantes. El gobierno de Sebastián Piñera está abandonando la política de Estado y optando por un sistema inconsulto que traerá consecuencias. Romper relaciones con un país, sin escuchar opinión alguna, es un acto sumamente grave”.
Además, la declaración – firmada por los excancilleres José Miguel Insulza (PS) y Mariano Fernández (DC); los senadores Isabel Allende (PS) y Juan Pablo Letelier (PS); los exministros Carlos Ominami (ex PS), Luis Maira (PS), Sergio Bitar (PPD); los exembajadores en Venezuela, Pedro Felipe Ramírez, y en Brasil, Jaime Gazmuri; además de Osvaldo Rosales y Carlos Eduardo Mena (DC), entre otros- llama al gobierno a rectificar su política exterior, ya que “se le hace un grave daño al país cuando este se instrumentaliza para obtener réditos de política interna”.
Sobre esto, continúa el documento, “el uso de la migración y los constantes ataques a la expresidenta Michelle Bachelet, la chilena de mayor figuración internacional en su condición de alta comisionada para los DD.HH. de la ONU, son ejemplos del estrabismo de la política exterior”.
También fue invitado a firmar el documento el excanciller y actual presidente del PPD, Heraldo Muñoz. Sin embargo, decidió no formar parte de la ofensiva.
Sobre esto, el exministro dijo que, si bien está “de acuerdo con el tenor general, hay párrafos que no se ajustan a los hechos como yo los conozco y otros con los cuales tenía diferencias”.
Con todo, en el texto se hace un llamado a parlamentarios, partidos, empresarios y universidades para que debatan. “La política exterior no puede continuar al servicio de intereses políticos domésticos. Esta no es la respetable tradición de Chile”, concluye.