Senador Huenchumilla valora aprobación de reforma al Código de Aguas: “la Constitución del 80 (…) estableció que los derechos de aguas constituyen propiedad privada. Eso es lo que estamos cambiando”
El agua es un bien nacional de uso público desde el año 1855 (…) lo que sucede es que el Código de Aguas del año 1981, y fundamentalmente la Constitución del 80 (…) estableció que los derechos sobre las aguas constituyen propiedad privada para los particulares. Y eso es lo que hoy día estamos cambiando”.
Con estas palabras, el senador Francisco Huenchumilla (DC) explicó los alcances de la iniciativa que busca reformar el Código de Aguas, aprobada en general y por unanimidad en la Cámara Alta. “A partir de la publicación de este proyecto de ley, los derechos de aprovechamiento serán temporales”, valoró.
“De aquí para adelante, vamos a establecer o se establece en el proyecto la priorización del consumo humano, doméstico, saneamiento, ecosistémico, facultades a la autoridad para regular, reservas para regular las cuencas, los sistemas hidrológicos, los caudales mínimos, de tal manera que la autoridad pueda manejar la sequía y pueda manejar lo que hoy día está sucediendo”, destacó el parlamentario.
Pendientes
Inmediatamente, el parlamentario definió también los alcances que esta legislación no incorpora. “Los derechos otorgados antes de la publicación de esta ley, van a seguir con la normativa que ya tenían; el derecho de aprovechamiento era un bien económico, una mercadería, en virtud de lo cual el titular podía arrendarla, venderla, transferirla (…) por lo tanto esos derechos eran un bien de mercado. Eso queda pendiente”, destacó Huenchumilla.
“El desafío es para la Convención Constitucional, acerca de su va a cambiar o no la naturaleza de ese punto central que hoy día está en la Constitución del 80. Pero este proyecto significa un gran avance hacia el futuro”, apuntó.
El legislador detalló además, a su juicio, que “quedan otros desafíos, como es por ejemplo todo lo relacionado con las aguas subterráneas, con las aguas saladas, con las aguas servidas, y con una nueva política de energía”.
Respecto de lo anterior, el senador destacó que “si tenemos más energía solar, energía eólica y energías renovables, las centrales hidroeléctricas van a ser menos necesarias, y por lo tanto los derechos no consuntivos van a poder ser mejor distribuidos con las preferencias para consumo humano, doméstico, y también para la agricultura”.
Creo que esa es la tarea que tenemos por delante, tanto en la Convención Constitucional, como también en el Parlamento para seguir avanzando en que el agua ya no sea más una mercadería, sino un derecho humano con las prioridades correspondientes”, concluyó.
Finalmente, el Senado aprobó en general, y por unanimidad, esta iniciativa. El proyecto será ahora revisado en particular por esa Corporación, para lo cual se determinó ya un plazo de indicaciones.