Columna Eugenio Tuma: “Construyamos desde lo rural”
En los últimos 150 años, el proceso de migración de población rural hacia centros urbanos en Chile ha sido sostenido e impactante, considerando que a mediados del siglo XIX, la proporción de población urbano rural; era de 28,6 % versus un 71,4 %, respectivamente, situación que al 2017 se revierte fuertemente.
De acuerdo a los datos preliminares del último Censo de Población y Vivienda (2017) la población del país bordea los 18 millones de habitantes, de éstos unos 16 millones de personas residen en áreas urbanas (cerca del 90%), en tanto alrededor de 1 millón 800 mil personas habitan en áreas rurales (cerca del 10%).
Por su parte, en la región de la Araucanía habitan sobre 950 mil personas (5,45 de la población del país), de las cuales cerca de 680 mil lo hacen en áreas urbanas (71 % aprox.) y alrededor de 280 mil en áreas rurales (29 % aprox.). De acuerdo a ello es posible visualizar que, en el caso de la Araucanía, la población rural triplica el indicador nacional, por lo cual se hace necesario reflexionar respecto de esta condición de asentamiento humano regional y el impacto territorial, funcional, político-administrativo, social y económico que ello conlleva.
Además de la alta ruralidad relativa de la población regional, de la Araucanía, es importante considerar la dispersión de dicha población rural, enmarcado ello en condiciones culturales, sociales y productivas que ésta presenta. Sin dejar de lado el ser la región con los más bajos índices de desarrollo humano (IDH) a nivel del país.
A propósito de la discusión que se genera respecto de la Ley de Integración Social y Urbana, iniciativa que indudablemente puede ser compartida en todo o en parte, se hace necesario también tener presente que, lo urbano, como es parte del TERRITORIO, también afecta y concierne a lo rural.
Si la integración social y urbana junto con avanzar en ciudades más sustentables es, además de una legítima e ineludible aspiración, también debiera ser el abordar el territorio de manera más integral, asumiendo que la necesidad de mejoramiento de la calidad vida de los habitantes urbanos debe alcanzar de manera ineludible a quienes viven en las áreas rurales, contribuyendo a ampliar el rango de aplicación en la construcción de un país desarrollado, equitativo y sustentable. “El desarrollo urbano es algo más amplio que la ciudad, pues abarca los asentamientos en el sector rural” *
Es importante tener presente que no todos los habitantes de áreas rurales aspiran a la incorporación de modelos de producción con excedentes para la comercialización externa, sino más bien a la preservación medio ambiental, cultural ancestral y valores propios, que para dichas personas es más importante que la reproducción de métodos globalizados. La diversidad aspiracional también está presente en el mundo rural.
Y las Decisiones de leyes, Programas y de lo que queremos, se seguirán tomando en forma centralista? es aquí donde las necesidades regionales deben prevalecer y actuar de forma pertinente con lo real cotidiano que nuestra región necesita.