Columna de Myriam Soto:“ La sociedad del riesgo”
La Sociedad del Riesgo, desde una concepción básica, trata fundamentalmente de las grandes diferencias que existían en tiempos pasados, no sólo de carácter social, sino que también económicas, territoriales, de estirpe y linaje, de cultura, etc, donde desde su representación más elemental se pretendía señalar que, unos eran los privilegiados y “ los otros” los débiles, o como bien describe la teoría de la persuación “ el mundo de los distintos y los iguales”
Hay autores , como Ulrich Beck que indica en su libro que esta situación está en época de finalización, la pregunta es podrán terminarse los distanciamientos entre los poderosos y los débiles, el mundo de los “otros”, que representa una minoría que domina y subordina a una gran mayoría, carente de recursos y oportunidades, cada cual es libre de percibir nuestra realidad, pero lo concreto es que a veces nos cuesta creer que la desigualdad llegará a su fin tan prontamente.
Se puede dejar fuera la miseria, pero no los peligros que conlleva la era actual; es aquí y en el ahora donde reside la novedosa fuerza cultural y política de esta era. Su poder es el poder del peligro que suprime todas las zonas protegidas y las diferenciaciones de la modernidad. Es la dinámica de un peligro que no respeta fronteras, no depende de las reflexiones y o debates sobre sus consecuencias, más bien sucede lo contrario que, toda medición siempre tiene lugar bajo la guillotina de los efectos globales de la contaminación. Dicha situación implica la falta de esperanza para las regiones, los países y continentes enteros.
Siguiendo al citado autor en nuestros tiempos existe una palabra clave o prefijo como los es “POST”, citar por ejemplo el post-industrialismo que se ha ido de alguna manera desapareciendo con la “post-modernidad”, que de a poco también comienza a diluirse. POST es la palabra clave para incrementar aún más el desconcierto que, se complejiza con las modas. Dicha palabra de alguna manera nos indica o relaciona con algo que, se viene o que está más lejano o bien más allá y que no se puede conocer, ni muchas veces predecir y por ende cómo propiciar un cambio real, así nos vemos enfrentados a una realidad que la gran mayoría de las veces es incomprendida por las personas, pues al paso del tiempo se observa como determinadas situaciones van adquiriendo fecha de término; quedándonos sólo en proyectos y promesas incumplidas.
Hoy en día este modelo se contrapone con las viejas teorías y hábitos de pensar, proyectadas más allá de si mismas mediante el post. Su objetivo no es otro que poner a la vista o traer al presente, el pasado que aún lucha por predominar, sino que contraponerlo al futuro que ya comienza a perfilarse.
En la base de lo ya comentado se encuentra la idea de que somos testigo ( sujeto y objeto) de un quiebre dentro de la modernidad, la cual se desprende de algunos aspectos de la sociedad industrial clásica y nace una nueva concepción denominada “ sociedad (industrial) del riesgo”. Esto obliga a buscar un equilibrio entre las contradicciones de continuidad y cese en la modernidad, que a su vez se reflejan en el contraste entre modernidad y sociedad industrial y entre sociedad industrial y sociedad del riesgo, distinciones históricas que la propia dinámica de la realidad las muestra.
La metáfora “ nadar entre dos aguas “ en el ámbito teórico le corresponde una actitud similar en el ámbito práctico. Existe un panorama complejo en todas partes del mercado de opinión, de una civilización que se pone en peligro a sí misma, por otra parte tampoco se puede agregar algo a las manifestaciones de un “Nuevo Desconcierto “ que ha perdido las dicotomías ordenadoras de un mundo del industrialismo “sano”, pese a todas sus problemáticas; la pregunta que debemos hacernos es ¿cómo comprenderá un pensamiento informado e inspirado sociológicamente estas inseguridades que están presentes en la actualidad, que el autor llama el espíritu del tiempo .
Cómo dejar de lado e intentar explicar tanta injusticia social, tanta desigualdad en la distribución de la riqueza, una de las tesis planteadas señala que, en la sociedad industrial la “lógica” de la producción de riqueza domina a la “lógica” de la producción de riesgos, los que se pueden representar como efectos secundarios latentes en un estado temprano. Siguiendo esta lógica, nos vemos obligados a señalar que las grandes diferencias sociales existentes en la actualidad siguen más vigentes que nunca, las discriminaciones de todo orden, el aumento del desempleo, la delincuencia sin control, las políticas públicas reducidas presupuestariamente en el área social, la falta de regulación de los temas de consulta y participación ciudadana, nos presentan un panorama desolador , seremos capaces de formar capital social pensando en las generaciones futuras, tenemos un tremendo desafío y con mayor responsabilidad de quienes administran los órganos del estado, la ciudadanía está desesperanzada y cansada de esperar los cambios prometidos.
Hasta las sociedades más industrializadas están en un proceso de volver a otorgar mayor importancia al ser que al tener, a las relaciones directas, a relevar las funciones del grupo familiar, al respeto a la dignidad del ser humano y al reconocimiento de sus derechos más elementales. A vivir y desarrollarse en una sociedad libre de contaminación, con oportunidades para la educación y trabajo, a fomentar la inclusión de las personas con características distintas, a relevar y reconocer la multiculturidad así como el rechazo a la discriminación de toda índole.