Columna de Iván Cerda: “Teología de la liberación”

En un verdadero dilema se encuentra  el Santo Padre respecto de la urgente petición hecha por Nicolás Maduro para intervenir por la paz en Venezuela, sobre todo si ese requerimiento viene de un hombre de origen Judío, autoproclamado católico y capaz de desafiar a Dios diciendo que “ Ni el mismo Jesucristo resucitado lo sacara del poder “ como sentencio atrevidamente hace unos días atrás .

El Papa Francisco ha sido requerido como actor en la crisis venezolana por su original y evidente retórica anticapitalista manifestada por esencia desde la Encíclica ” Laudato Si” , la exhortación Evangélica ” Evangelii Gaudium ” hasta los  mismos  reportajes en The Economist y Washington Post, donde ha sido tildado como The Peronist Pope ( El Papa Peronista ).  El Apóstol de los pobres está atrapado justo en medio de un conflicto ideológico si interviene a través de su influencia en las altas esferas de poder o por medio de la fe incondicional  de su pueblo,  dado que en su  pasado como Obispo de Buenos Aires quedo estigmatizado  como ferviente seguidor de la Teología del Pueblo o también llamada Teología Populista, creada por el episcopado Argentino  junto a un grupo de intelectuales Peronistas que posterior al concilio Vaticano II desarrollaron una doctrina cuyo fin prometía ayudar a liberar a la gente de la pobreza utilizando la enseñanza del evangelio para América Latina.  Este pensamiento con matices de orden secular separaba equivocadamente  la sociedad entre “El pueblo” que representa a los pobres y el ” Anti-pueblo” que personaliza a los ricos, lo que estoy seguro no esta implícito en la Biblia. El Papa  no tiene rol de político ni economista, sin embargo es legitimo dueño de sus ideas. El Pastor del pueblo Católico debe pretender y procurar el bienestar y la sanación de las naciones que están fragmentadas y divididas, buscando el camino que contempla practicar plenamente la democracia,  hacer funcionar sus instituciones y garantizar la libertad de sus habitantes. Maduro no está ideológica ni moralmente  validado para pedir la intervención del Santo Padre ni de nadie  para pretender la paz de su destruida Venezuela.