Columna de Iván Cerda: “La ley de la jungla”

En una verdadera Jungla se han transformado emblemáticos sectores rurales de la Araucanía donde no existe ley y predominan ampliamente los instintos, las pasiones y la fuerza por sobre el entendimiento, la razón y la sensatez. Por su parte la ciudadanía mira con timidez y temor los violentos hechos que anticipan y argumentan una indeseada cruzada de guerrillas que amenaza con desestabilizar la región. La permanente y extensa lucha de dominación y control territorial que están ejerciendo los sectores más radicales y fundamentalistas de la cultura mapuche han sido heredados genéticamente de sus valientes antepasados guerreros que jamás fueron dominados por colonizador alguno en su larga historia de batallas, pero que en la actualidad obliga a sus líderes a modificar y adaptar su estrategia bélica inspirados en el desequilibrio de fuerzas y la victimización atacando de lleno al capital y al estado de Chile que se muestra violento e intransigente, pero que debe cultivar su imagen internacional respetando la declaración universal de derechos humanos ratificada justamente para el reconocimiento de los pueblos originarios en garantía de los valores de igualdad, justicia y dignidad humana. Es el mismo Estado que a través de sus distintos gobiernos no ha sido capaz de manejar la crisis, tal cual lo declaro sabiamente el Senador Francisco Huenchumilla “No puede un gobierno entregar a la policía la responsabilidad de solucionar un conflicto político”. Aunque ciertamente ningún sector mapuche valida la violencia por si sola conforme lo han declarado todos sus líderes, están también intrínsecamente comprometidos con sus mártires Weichafes y los jóvenes miembros de la resistencia que han logrado indudablemente cambiar de manera radical la historia del tratamiento y el respeto de su cultura ancestral frente a la sociedad y a las autoridades durante estos últimos años. La reciente y lamentable muerte de un nuevo mártir ratifica la profecía de la incansable y tenaz lucha que el pueblo mapuche está dispuesto a dar por su wallmapu, para conseguir su independencia, autodeterminación y reconocimiento como nación soberana, así como lo hicieron los nativos de Canadá hoy llamados The First Nations y las organizaciones tribales en Estados Unidos reconocidos como Sovereign Nations, sin que ninguno de estos países perdiera ni un centímetro de soberanía e integridad social. A diferencia del lema del escudo patrio, la única salida al conflicto está alojada en el uso de la razón por sobre el uso de la fuerza como camino de paz.