Columna de Iván Cerda: La historia no contada del 3° puente
Los desafortunados episodios del fracasado tercer puente se remontan curiosamente al primer gobierno Piñera seguido de una serie de hechos desconocidos y omitidos que hacen responsables a ambos gobiernos en lo que hoy le costará al país el equivalente al precio de dos puentes por apenas uno. Lamentablemente los errores de las autoridades políticas se pagan con bolsillo ajeno a través de los impuestos que recauda el estado de todos nosotros. Tal como lo expreso el mismo ministro de vivienda recientemente “hubo desidia y desinterés”, al parecer lo emocional estuvo por sobre lo racional entre quienes tomaron decisiones a nombre del estado. Pero vayamos a la primera administración que días antes de terminar su periodo en el 2014 fue responsable en el origen de una contratación cuestionada, poco rigurosa y acelerada, que ponía el contrato más grande del país en manos de una Empresa Constructora local cuestionada por su experiencia técnica en la ejecución de este tipo de obras y que además enfrentaba denuncias por adulteración de documentos económicos en la licitación. Adicionalmente nada bueno se veía venir cuando el consorcio junto a la empresa local sumo otra Empresa Multinacional Española poco fiable llamada Assignia del grupo Essentium que por esos días ya enfrentaba suspensión de pagos e iniciaba su proceso de quiebra en España. Así mismo el inicio acelerado omitió que la gran cantidad de expropiaciones del contrato estaban sin concretar y naturalmente existían docenas de detalles de ingeniería sin resolver. La siguiente Administración del Gobierno anterior ejecuto 4 años las obras, con un programa de expropiaciones parciales y aisladas, resolvió ambigüedades y detalles técnicos con una consultora Internacional con oficinas en España que generaba una burocracia administrativa y lenta velocidad de reacción, que hizo que el consorcio argumentara como excusa en su extendido plazo perdidas por 6 mil millones adicionales al costo necesarios para absorber estos inconvenientes y terminar su contrato. Al respecto recuerdo en conversación con un alto directivo Español su ánimo de continuar, sin embargo, no existió ninguna instancia de negociar con la autoridad ni asumir culpas compartidas en las responsabilidades mutuas. Lo concreto es que los 6 mil millones en menos de un año se convirtieron en casi 50 mil millones para terminar la misma obra. Juzgue Usted quienes son los responsables o que la justicia establezca de que bolsillo debería pagarse este error.