Columna de Iván Cerda: La Congruencia doctrinaria de la iglesia
La reciente crisis que padece la estructura jerárquica de la iglesia particularmente en nuestro país no tiene precedentes en los últimos siglos a pesar que ha sido necesario concretar profundas transformaciones organizacionales y dogmaticas para adaptar la iglesia y su doctrina a los tiempos modernos a través de las encíclicas y la amplia visión de algunos Papados desde el Vaticano como es el caso actual. Las creencias y el contenido bíblico afortunadamente han permanecido intactos desde hace dos mil años. Sin embargo, muchos fieles de la iglesia Católica o “Católicos a su manera”, justifican su lejanía en respuesta del cuestionado puñado de hombres de fe consagrados por la iglesia que han dejado de lado su rol, consumidos entre las pasiones humanas y el delito, mientras que otros tantos son acusados de haber sido silenciosos cómplices de encubrimiento e indiferentes al dolor y la humillación de las víctimas. Por su parte un tercio de la población Chilena llamada la generación millennials busca desesperadamente bajo su lógica científica, multifuncional y escéptica respuestas de duro contenido a los temas fundamentales de la existencia lejos de dogmas, credos y ritos. Lo más importante es definir el concepto elemental que tiene la doctrina de la iglesia, estableciendo el camino permanente para practicar la fe a través de la enseñanza de Cristo. Considerando la actual crisis, la iglesia Católica está obligada a modificar urgentemente el contenido de su mensaje y la relación de un amplio sector de su clérigo acercándolos con recogimiento hacia sus fieles que miran con expectación y esperanza la futura conducta de la institución. La congruencia doctrinaria de su enseñanza esta justamente basada en la verdad, el perdón, la humildad, pero principalmente en el camino que recorrió Cristo iluminando a la gente, lo que es justamente esperado por muchos quienes necesitamos contenido, energía y luz espiritual. Para muchos, esta es la verdadera oportunidad que se juega la iglesia en estos días para llegar verdaderamente al alma y reconquistar la confianza de muchos de sus fieles a través de la congruencia de sus actos.