Columna de Iván Cerda: Crudo Balance político en la región
La intensidad del conflicto indígena forma parte sustantiva y gravitante del balance político regional durante el año 2018, que quedará marcada por la abrupta salida del intendente junto al profundo silencio y ausencia de la bancada parlamentaria regional, que observa con distancia, timidez e indiferencia los graves hechos de la región, omitiendo discretamente el rol que les compete y al que fueron convocados y mandatados por los votantes para superar activamente los conflictos y favorecer la convivencia social, a excepción del Senador Francisco Huenchumilla que ha declarado abiertamente su opinión y su compromiso desde el conocimiento profundo para superar la crisis regional y avanzar en materia de acuerdos y dialogo y que curiosamente ha sido reconocido en el plenario del congreso por los ministros Chadwick y Moreno recientemente. Los graves hechos ocurridos recientemente representan un retroceso de al menos dos décadas en la búsqueda del reencuentro e integración sociocultural, que junto a la promulgación definitiva de la ley indígena nos deja a fojas cero si nos remontamos al famoso acuerdo de Nueva Imperial. Por otra parte la gravísima e inédita crisis policial tiene al gobierno en un complicado jaque en el ajedrez político nacional donde sus movimientos son débiles y erráticos frente al mundo indígena, a la inquisitiva izquierda y la comunidad internacional, lo que refleja incertidumbre operativa del control policial y un inminente revés en sus programas de fomento al desarrollo multicultural que aspiraba ambiciosamente el plan impulso y el esperado acuerdo por la paz, que pasaron a quedar inmediatamente extemporáneos y sin vigencia de valor frente a sectores indígenas consecuentes con los hechos y el desempeño del estado. En síntesis el balance anual marca una lamentable, progresiva y permanente tendencia al descenso en los principales indicadores de seguridad social, flujos de inversión, crecimiento económico, y desempeño político, lo que sin duda representara el mayor dolor de cabeza en el primer año de gestión y una terrible decepción para un Presidente Sebastián Piñera colmado de buenas intenciones y muy visible en la región pero donde al parecer su equipo no funciona y se saca nota roja a pesar que la Araucanía le dio el mayor apoyo político en su ultima elección.