Columna de Eugenio Tuma: “LOS SUEÑOS DE LA ARAUCANIA Y SU GENTE”
La crítica situación de la economía y los altos niveles del desempleo que según las estadísticas alcanzan un promedio de 11,2% a nivel país y a un 10,1 en la Araucanía como consecuencia de las restrictivas medidas dirigidas a combatir el corona virus, ha frustrado los planes y los sueños de futuro para los ciudadanos de nuestro querido Chile.
Es mas, si consideramos que dichas cifras no reflejan la realidad, porque su determinación es en base a un número de personas que constituyen la “fuerza laboral “ la que ha disminuido de manera significativa ya sea por las propias inhabilidades que establecen las nuevas normas sanitarias o porque no tienen la expectativa de encontrar un trabajo.
Un estudio reciente de la UFRO, nos muestra que la Araucanía encabeza a nivel nacional con un 24,2 % la variación de ocupados en los últimos 12 meses por región ,alcanzando la cifra de 106.812 puestos de trabajo menos que en 2019 para el trimestre Marzo -Mayo, lo que implica un impacto desastroso en el mercado laboral, con casi un cuarto menos de puestos de trabajo que el año recién pasado. Nuestra región, con menor tiempo en cuarentena ha tenido el más alto porcentaje de empleos perdidos y esto asumiendo que los trabajadores acogidos a la ley de protección al empleo, según la misma fuente, 26.570 se consideran ocupados.
Luego que esté controlado el tema sanitario, la prioridad será la recuperación de nuestra economía regional.
Sin perjuicio de la siempre insuficiencia de los planes e instrumentos de mitigación por la pérdida de los ingresos de las personas y las ayudas a las familias que lo están pasando muy mal, con serias carencias para sobrevivir, con parte o todos sus ahorros consumidos, muchas sin poder pagar el arrendamiento de su vivienda o el dividendo y aumentando su endeudamiento por la reducción o suspensión de sus ingresos y la pérdida de su fuente de trabajo. Acciones de colaboración y solidaridad desde el Estado, la comunidad o desde el sector privado que debemos fortalecer y valorar, pero lo relevante ha de ser cómo la región se pone de pie para producir ingresos permanentes, crear nuevos empleos y más riqueza con una más justa distribución para no repetir los niveles de desigualdad que teníamos hasta el 18 de Octubre. Claro que ahora el punto de partida será mucho más atrás, dado el cuadro calamitoso en el que hoy nos encontramos sin saber aún de cuanta profundidad será la caída y desde ahí ,comenzar a levantarnos.
Clave será entonces el foco de las políticas públicas para hacer eficiente la inversión, el gasto, los incentivos para los emprendimientos con una mirada especial para los territorios con sus potencialidades de desarrollo y crecimiento y también de aquellos rezagados, creando así más igualdad de oportunidades a todos los habitantes sin importar donde se encuentren.
Otra clave para la creación o la recuperación del empleo será la confianza de invertir en la Araucanía, para ello la reducción y eliminación de los niveles de la delincuencia y de la violencia ya sea urbana o rural debe ser una tarea que comprometa a todas las instituciones y a todos los sectores políticos de la región.
La incidencia en la falta de seguridad la vemos en la falta de inversión y creación de puestos de trabajo, mientras la violencia rural sigue en aumento y el estado sin control sobre determinados sectores. Las posibilidades de recuperación son cada vez menores por ello es muy importante terminar con aquello y dar tranquilidad para vivir y trabajar en nuestra región.
La Araucanía cuenta con un potencial extraordinario en la calidad humana de sus habitantes como también en la riqueza del pueblo mapuche con su cultura, historia, tradiciones y capacidad de forjar una gran alianza con el resto de la población en la que se reconocen constitucionalmente sus derechos como pueblo, paso indispensable para avanzar en un mejor entendimiento en nuestra región, sin perjuicio de los cambios necesarios en la estructura legislativa para asegurar su participación política y adecuada representación .
Por tanto la Araucanía tiene un gigantesco desafío para asegurar que su población se reencuentra para unirse en torno a una estrategia de desarrollo y crecimiento que devuelva la esperanza en que sus sueños podrán ser una realidad .