Eduardo Castillo Vigouroux: “Manifiesto mi voluntad a ser constituyente”
Abogado de profesión, Eduardo Castillo es padre de 3 hijos y abuelo de 6 nietos, es uno de los fundadores del PPD en La Araucanía, partido en el que milita ya por 33 años, fue concejal en Temuco en la primera elección al regreso de la democracia y posteriormente concejal en Padre las Casas, en el primer y segundo concejo de la joven comuna, se desempeño como abogado del Gobierno Regional por 15 años y en el 95 comenzó en la docencia, como profesor de derecho constitucional en la Universidad Católica de Temuco, en la escuela de derecho, el año 2010 fue director de la cerrera de derecho y posteriormente Decano de la facultad de ciencias jurídicas y actualmente ejerce como profesor en la casa de estudios católica.
El define su intención de ser candidato a la convención constituyente por su partido como, “una manifestación de voluntad”, teniendo muy en cuenta, afirma,” en el distrito 23 tendremos un cupo indígena eso significa que se deberán elegir 6 constituyentes de los que deberán ser por paridad 3 mujeres y 3 hombres, la alianza de Unidad Constituyente congrega a 6 partidos, de donde deberán salir 8 candidatos, es un tarea política difícil pero posible, más complejo seria ir en listas separadas, en un escenario en el que existen 13 o 14 partidos políticos”.
Una vida dedicada a la acción política
Nunca he dejado mi interés en los asuntos políticos, en los asuntos públicos, ni del país ni de la región, toda mi vida ha estado vinculada a la acción política, en mi juventud estuve trabajando en la sindicalización campesina para la reforma agraria, después del golpe militar trabaje en el comité de recuperación para la paz y en la Vicaría de la Solidaridad en Santiago, en esos momentos lo central era trabajar en el respeto a los derechos humanos, en el año 79 me vine a trabajar al Instituto Indígena junto a las organizaciones mapuche, es decir siempre he estado vinculado a las necesidades políticas de la región y sus comunas, para mí esto es continuar, hace 23 años atrás estuve en la campaña para que nos inscribiéramos en los registros electorales a pesar de que muchos no lo veían como una opción por oposición a la dictadura, yo fui de los que creían en que teníamos que inscribirnos para recuperar la democracia. Participe activamente en el plebiscito del año 88, fui encargado regional de los apoderados de mesa del “No” en ese momento, posteriormente vino la elección del Presidente Aylwin, donde junto a muchos otros abogados trabajamos en el acuerdo de imperial.
El trabajo por un cambio
Desde el 15 de noviembre se abre la posibilidad histórica de cambiar la constitución del 80 y entre con todo en la tarea de difundir el acuerdo, para demostrar que el acuerdo nos entregaba una gran posibilidad, a pesar de que mucha gente tenía dudas y cuestionaban esto, incluso desde la oposición. Afortunadamente, al interior de la Universidad Católica las autoridades universitarias abrieron los espacios para difundir las implicancias de este acuerdo, lo que permitió, que junto a otros colegas hiciéramos un trabajo de difusión académica al interior de la universidad y también lográramos llegar a comunas en convenio con la universidad para explicar el acuerdo, sin ningún sesgo proselitista, entendiendo que la universidad no lo tiene. En el mes de enero, sin relación con la universidad, inicie mi trabajo en la campaña por el apruebo a través de mi partido político.
Nueva Constitución: Reconocimiento a los pueblos indígenas y derechos
Para la región, lo básico que debe tener la nueva constitución, es el reconocimiento a los pueblos indígenas, afortunadamente están los escaños reservados para pueblos originarios, o sea, ya la convención constituyente cuenta con las instalación de representantes de los pueblos indígenas, son 17, lo que claramente no es lo ideal, considerando que están dentro de los 155, pero no fue posible avanzar más, ya que el gobierno nunca tuvo la voluntad de que esto pasara.
No solo es necesario el reconocimiento, sino que además es fundamental definir y reconocer los derechos, derechos colectivos que incluyan derechos políticos como tener escaños reservados en el parlamento, en los cuerpos colegiados de las municipalidades, en los consejos regionales, en fin en todo el aparato, eso esencial.
Real descentralización y menor presidencialismo
La descentralización es otro elemento fundamental, no podemos continuar con un sistema en que los problemas de los pueblos indígenas estén dependiendo de La Moneda y que cuando se ven complicados envíen un delegado presidencial, debo hacer la aclaración de que esto, no solo ha ocurrido en este gobierno, sino que también el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet, así no se solucionan los problemas.
La Descentralización debe entregar facultades al futuro gobierno regional, para poder buscar una solución conjunta con los pueblos originarios que sean parte del respectivo territorio, en el norte será con los Aymara, acá con los Mapuche, etc..
Creo en un nuevo sistema de gobierno, en dos cuestiones que están muy ligadas, es decir un estado que conserve su carácter unitario pero fuertemente descentralizado y segundo que sea menos presidencial, de no terminar con el presidencialismo que existe no vamos a poder tener un estado descentralizado, por lo tanto estos conceptos van de la mano. Buscar una fórmula que le de autoridad al Presidente de la Republica pero que también entregue poderes al parlamento. El parlamento al no tener poderes comienza a tomarse atribuciones que no le están otorgadas y esto ocurre porque el sistema exploto. Por lo anterior, estoy convencido de que estos dos temas van juntos, por una parte terminar con el poder absoluto del Presidente y equilibrar las atribuciones del parlamento, existen muchas fórmulas para esto, de dar más poder a las regiones.
Participación política, conectividad diferente a colectividad
Las brechas generacionales son cada vez más grandes, para mí la gente que aún es joven es vieja para los jóvenes, una persona de 30 años hoy no entiende a un joven de 18, cada vez las brechas son mayores en espacios más pequeños, es muy diferente la juventud de hace 10 años atrás, con los jóvenes de hoy día. Yo tengo la posibilidad, en mi relación con los estudiantes, de ir viendo sus intereses, como los temas nuevos, equidad de género, cuidado del medio ambiente y recursos naturales, que son tan importantes en esta región, son prioritarios para ellos.
No podemos tener una economía que este por sobre el cuidado al medio ambiente, debemos encontrar equilibrios sobre esto y eso debe darse en los territorios y para eso debe existir una institucionalidad, debemos encontrar un equilibrio virtuoso entre estas áreas. La juventud de hoy está en eso.
Con las redes sociales efectivamente no tenemos comunicación, no existe colectividad, es decir los jóvenes están todos conectados pero no existe una colectividad, al ver las manifestaciones se puede ver que no existen lideres, ni banderas , cada cual con lo suyo, lo colectivo está muy de capa caída, existen muchos jóvenes que sí participan en instancias colectivas como los cabildos y otras, con niveles de participación muy interesantes, pero no van mas allá, no existe causa común sino el cartel individual. “No tenemos ciudadanos tenemos clientes”, es una afirmación que puede ser cuestionable pero que está muy cerca de la realidad.
Cambio por la vía institucional y con amplia representación
Es muy difícil tomar la representación de algún nicho de la sociedad, sería muy pretencioso de mí parte, pero yo quiero representar el anhelo de cambio de la gente, independiente de las necesidades individuales, existe un anhelo fundamental y es terminar con la distancia que existe entre la ciudadanía y las elite, ya no es soportable por la gran mayoría y esto fue el estallido social una reacción al abuso, al abuso que sufre cada cual y eso da la fuerza para salir a las calles. Yo busco cambiar esto, que no sea el abuso lo que guie nuestras relaciones, que no exista un grupo pequeño que se beneficie del resto.
Es lo ideal que las decisiones en este país se están llevando por la vía institucional, el 5 de octubre del año 88 nos sometimos a un plebiscito anunciado desde el año 80, cuando leíamos la constitución del 80 ya sabíamos que el año 88 iba darse un plebiscito y nos sometimos a ese proceso y recuperamos la democracia, ahora el 15 de noviembre se definió que sigamos esta línea institucional y crearemos una nueva constitución con paridad de género, con participación de los independientes, con participación de los pueblos originarios. Esto se está haciendo con reglas claras y conocidas por todos y esto debemos respetarlo.
El tercer aspecto elemental es la representación amplia, nos permitirá plasmar una constitución para todos, seguramente con mucha discusión, no se llegara acuerdo en todos los temas, pueden darse muchas alternativas, pero los acuerdos van a concitar la voluntad de las mayorías, no digo que todos queden contentos, pero se deberá reconocer la legitimidad de las mayorías, ese es el desafío de un proceso institucional y democrático.