René Saffirio Espinoza: La persona en Primeranota
René Saffirio, es sin duda uno de los diputados de la región con mayor connotación pública a nivel nacional, esto, desde que inicio la cruzada en defensa de los derechos de los niños, denunciando las muertes y violaciones a los derechos humanos, ocurridos durante décadas, al interior del Sename.
El Diputado Saffirio, ha sido abogado de la Vicaría de la Solidaridad, alcalde de Temuco y rector de la Universidad Mayor, a sus 63 años se muestra como un hombre tranquilo, satisfecho con los logros obtenidos en el ejercicio de sus cargos, pero consciente de los costos que esto ha tenido en su vida personal.
“Lo mejor, la alcaldía”
Ser alcalde, tiene un componente humano que no tienen otras relaciones, por ejemplo tu tocas una puerta y te reciben con mucho cariño, sobre todo en los sectores más sencillos y tienes la posibilidad de sentarte en la cama de un vecino enfermo y te das cuenta, al poco rato de conversar, que con muy poco puedes resolver un problema enorme para él y eso te brinda una satisfacción única. Ahora, eso supone tener los pies en la tierra, tener responsabilidad en el ejercicio del cargo, entender que no eres un patrón de fundo, que no son tus empleados los funcionarios municipales, que eres parte de la estructura del estado y que tienes que responder por tus acciones.
El piscinazo, el miedo, “mis propias causas”
La postulación como independiente, fue tirarme a una piscina con una toalla húmeda en el fondo, fue un tremendo riesgo porque el sistema electoral no está diseñado para candidatos solos, soy el único candidato independiente en el país que salió electo. Cuando me vi en el voto me asuste, vi esta tremenda sábana y yo estaba al final, pensaba que la gente no iba a llegar a leer hasta el final. Siempre uno tiene miedo de no salir, uno disfruta las campañas porque estas en contacto con la gente y vas sondeando como te perciben, pero el olfato no es 100% seguro.
Ejercer el cargo supone integrarse a un colectivo, que no siempre recoge como uno quisiera la percepción que uno tiene de lo que está ocurriendo en el país, existe una tendencia muy peligrosa a encapsularse y eso es lo que tiene a las instituciones en la situación en la que está viviendo el país.
Yo eludo todos los temas que percibo que para las personas no son importante y ahora como independiente, puedo elegir las causas con las que me comprometo y no tengo que pedirle permiso a nadie y se le molesta alguien, se aguantaran la molestia no más. Claro que también se siente el costo de estar solo.
Gobernador regional, la humanidad de La Cámara
Yo no puedo ser candidato a gobernador regional, porque el cargo de diputado es hoy irrenunciable y es muy poco probable que una ley de esa naturaleza se dicte antes de estas elecciones, pero sería un desafío interesante, ser de los primeros en asumir esta responsabilidad. Fui de los primeros alcaldes electos y sin conocer mucho el sistema tuvimos que funcionar desde el primer minuto, con la tremenda responsabilidad de generar confianza en la gente.
Podría ser entretenido ser gobernador regional, porque es una función que se desconoce, que tú la creas, porque una cosa es la ley que te regula pero la forma en que se ejerce el cargo la haces tú, yo tendría que hacer alianzas políticas para llegar a ser candidato a gobernador o … quizás no.
Estoy contento como diputado, me gusta la nueva cámara porque es más diversa, lo que permite que existan relaciones diferentes, por ejemplo, se ha hecho escarnio público de algunos diputados, como el caso de Florcita Motuda, que llega con capa a las sesiones, pero él es un intelectual, es un hombre de mucha lectura y ha permitido que se genere, entre los diferentes sectores de La Cámara, una distención que era inimaginable. Hoy La Cámara es mucho más humana.
Me gusta estar en la comisión de constitución, hemos logrado avances importantes para el país, por ejemplo, yo con Francisco Huecnhumilla tuve 40 años de confrontación, nunca hicimos política juntos, militábamos en el mismo partido pero teníamos estilos muy diferentes, pero hoy tenemos una relación de mucho respeto, porque los dos funcionamos desde el punto de vista del rigor profesional, entonces en el ámbito legislativo operamos muy bien, tenemos una relación de mucha cooperación, esto igual tiene que ver con la madurez y con la visión de Estado en la que coincidimos.
Política… sin parientes
No me gustan los familiones en política, complican mucho la gestión, ejerciendo como alcalde siempre intente mantener mis lazos familiares en la vereda del frente y como diputado también, prefiero extremar los cuidados, prefiero pecar de control en la probidad y cuando un familiar me ha pedido ayuda, le he dicho no puedo ayudarte porque somos familia, me inhabilita.
Cuando mi hija Constanza inicio su actividad política, sabía que tenía que ser elegida con sus votos, ese era su trabajo, probablemente el apellido le haya servido, pero yo solo me tengo que preocupar de no hacer disparates que la perjudiquen.
La autonomía, la liberación fuera de la DC
Yo los primeros conflictos, importantes, con mi partido, los empecé a tener cuando ejercía como alcalde porque comenzaron las presiones, de hecho tengo una anécdota con Enrique Krauss, con quien yo tenía una excelente relación personal, él era Ministro del Interior y por oficio me pidió explicaciones por una funcionaria que había sido re destinada y fue necesario contestar oficialmente que eran mis facultades, esas eran muestras de independencia, era muy importante tener autonomía.
Esta autonomía me permitió enfrentar situaciones graves de corrupción al interior del partido, estuve tres veces en el tribunal de partido a punto de ser expulsado. Siempre tuve esa actitud de independencia respetuosa de lo que yo creo que es lo correcto.
Hoy la DC no es el partido al que yo ingrese, el punto es que hoy no existen proyectos colectivos, son sumas de individualidades, yo pensé que me iba a doler salir del partido pero muy por el contrario fue liberador.
“Los niños del Sename, no es política es humanidad”
Nunca me imaginé que infancia iba a definir la impronta de mi gestión, mi primer acercamiento fue el episodio de los 9 niños que murieron en el centro Alborada, encerrados en un incendió, después empecé a recibir información reservada de víctimas y llego un momento en que la información era tanta que nos hizo investigar a través de una comisión en la cámara.
Mantenerse en pie recogiendo desde las victimas la información, no es sencillo, yo debo reconocer que he tenido un tremendo soporte en mi señora y probablemente sin ese soporte emocional y técnico, no habría podido llevar adelante esta pelea. Con mi señora, complementamos muy bien nuestras áreas profesionales, ella tiene una formación en investigación con la que yo no cuento, es un aporte constante, ella es quien define las líneas en las que investigar y los resultados han sido exitosos, hoy en chile el tema de protección a la infancia está instalado y no hay vuelta atrás
En esta pega uno cambia interiormente todos los días, yo de repente me pregunto, porque me llegan todas estas cosas tan terribles, pero uno, no puede ignorar la información que recibe y no es que razones sobre lo que tienes que hacer, uno hace lo que naturalmente te nace, haces todo lo posible por ayudar a otros, eso me paso con el Saname, yo no podría haber dormido con toda la información que tenía. Tuve la experiencia de recibir relatos incluso de parlamentarios que fueron niños del Sename, niños que lograron romper todas las berreras de abuso que te puedas imaginar.
Pienso en mi nieta, nunca podría mirar al costado y esperaría que cualquier persona que sepa de abuso contra niños no pudiera mirar al costado, esto no tiene que ver con política, esto tiene que ver con humanidad y si tengo que romper huevos los voy a romper.
El tiempo que queda…
Me quedan como 10 años de vida útil en el ejercicio público, cuando pasas los 50 años uno empieza a sacar la cuenta de los años que te quedan, por eso mi cálculo es hasta los 75 años y en este tiempo que queda espero darle con todo no más. Yo no imagino mi vida en una parcela viendo pasar los días.
Cuando me fui a la rectoría de la universidad, fue fantástico, el tiempo del que disponía, las relaciones, fue un lujo comparado con lo que yo conocía. Pase de ser responsable de todo Temuco a lo que ocurría, exclusivamente, en la manzana de la Universidad Mayor. Fue un regalo, porque además, me permitió tener tiempo para cultivarme, pero como al tercer año, empecé a despertar en la noche y mirar el techo, me sentía como un notario que llega a su oficina a firmar, todos los días, documento tras documento, sin poder litigar. Tenía que tomar la decisión de dejar el estándar de comodidad que me brindaba la rectoría de la universidad para enfrentar una campaña como Diputado, si yo fuera racional no debía dejar la universidad, pero eso hice y ahora no se me ocurre hacer otra cosa, claro que me da pena ver fotos de mi nieta y ver que es tan grande, pero es difícil cambiar mi estilo de vida.
La confianza en la gente
Uno va midiendo durante todo el periodo, yo hago trabajo puerta a puerta en forma constante y eso nos permite evaluar las reacciones de las personas, uno aprende a distinguir la reacción de la gente, por lo menos respecto de la aceptación o rechazo de tu gestión, yo noto en la calle de inmediato cuando meto la pata, si uno se equivoca la reacción de la gente es evidente, te miran distinto, tú lo sientes y a la inversa igual, cuando haces algo correcto, cuando tienes un acierto, la gente te lo hace saber, te dan su apoyo, te lo dicen. Yo mantengo una relación cercana con las personas, incluso a través de las redes sociales, la gente agradece que informes lo que haces y que des tu opinión, esa es al menos, mi experiencia.
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