Familiares de ejecutados políticos piden explicaciones a Lagos por nombramiento de Cheyre
Ya son dos las causas que pesan sobre el ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, el mismo que dijo “nunca más”, en referencia al golpe militar, que actualmente enfrenta acusaciones por torturas en el regimiento Arica de La Serena, en el que estuvo a cargo.
Su situación contrasta con el rol de primera línea que tuvo en su minuto, ya que, además de haber liderado a la institución castrense entre 2002 y 2006, también ocupó la presidencia del Servicio Electoral (Servel) por algunos meses hasta que estalló la polémica por el caso Caravana de la Muerte, caso por el cual fue condenado como encubridor y que fue apelada por el militar en retiro.
Esto es lo que reclama la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), encabezada por Alicia Lira, quien asegura que advirtieron en su minuto que Cheyre estaba vinculado a denuncias por apremios ilegítimos.
La dirigenta sostuvo que las autoridades de la época, entre ellas el ex presidente Ricardo Lagos Escobar -quien nombró a Cheyre- le deben una disculpa a los familiares.
“Es muy culpable la Concertación, sobre todo los que participaron en el Gobierno, primero porque no tuvieron voluntad política en el tema de las violaciones de derechos humanos de entregar las herramientas para saber la verdad y hacer justicia”, dijo Lira.
“Pero cuando ya se ve claramente su disposición de blanquear a algunos personajes llegan a Emilio Cheyre. Creo que ellos les deben, sobre todo el ex presidente Lagos y el ex presidente Eduardo Frei una disculpa a los familiares porque siempre cuando la verdad se impone ha sido solamente por la constancia de los familiares y abogados que lo acompañan”, sostuvo.
Quintana admite errores
El futuro presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), aseguró que durante la Concertación se cometieron errores en la relación cívico militar.
“Para nadie es un misterio que durante la transición, en los gobiernos de la Concertación, se cometieron errores, yo no diría de mala fe, pero sí se pecó de un exceso de confianza, donde después de que Pinochet deja la comandancia en jefe del Ejército se buscaba probablemente un comandante que no generara muchos conflictos, con buenos modales, como si eso hubiese sido suficiente y la verdad que ahí faltó más rigurosidad”, planteó.