El adiós a George H.W Bush
El ex Presidente George H.W. Bush, quien gobernó Estados Unidos hacia el final de la Guerra Fría en los años 1990 y lideró una dinastía política que llevó luego a uno de sus hijos a la Casa Blanca, murió el viernes a los 94 años.
El deceso de Bush padre ocurre solo meses después del fallecimiento en abril de su esposa Barbara Bush, con quien estuvo casado por 73 años. El Presidente estadounidense número 41 fue héroe de guerra condecorado y director de la CIA. Su paso por la Casa Blanca duró sólo un periodo, pues perdió la reelección en 1992 ante Bill Clinton.
El ex Mandatario será recordado como un pragmático de la política exterior que navegó en medio de la caída de la Unión Soviética y que reunió una coalición sin precedentes para derrotar a Saddam Hussein dos años más tarde. Fue partidario de la estabilidad y el consenso internacional, en claro contraste con su provocativo colega republicano que ahora ocupa la Casa Blanca, Donald Trump, por quien Bush no votó en 2016.
Al conocer la noticia sobre el fallecimiento de Bush, el actual Presidente destacó el “liderazgo inquebrantable” de quien fue uno de sus antecesores. Bush padre presidió Estados Unidos durante un período de malestar económico y enfureció a sus compañeros republicanos durante una batalla por el presupuesto con los rivales demócratas al romper una famosa promesa: “Lean mis labios: no más impuestos”. Guerra, petróleo, política George Herbert Walker Bush nació el 12 de junio de 1924 en Milton, Massachusetts (noreste) en el seno de una rica dinastía política de Nueva Inglaterra, como hijo de Dorothy Walker Bush y Prescott Bush, un exitoso banquero y senador por Connecticut.
El ex Mandatario asistió a la prestigiosa Academia Phillips en Andover, pero retrasó su aceptación en la de Yale al decidir alistarse en la Marina al cumplir 18, cuando partió para la II Guerra Mundial. Luego realizó 58 misiones aéreas de combate durante la guerra. Fue derribado sobre el Pacífico por fuego antiaéreo japonés y rescatado por un submarino tras pasar acurrucado en una balsa salvavidas durante cuatro horas, mientras aviones enemigos volaban en círculos. Bush se casó con Barbara Pierce inmediatamente después del conflicto bélico, en 1945, y la pareja tuvo seis hijos, uno de ellos, Robin, que murió cuando era niño.
En lugar de unirse a su padre en la banca tras graduarse en Yale, Bush se dirigió a Texas para entrar en el entonces difícil y riesgoso negocio petrolero. Sorprendió a muchos con su éxito, y en 1958 se posicionó en Houston como presidente de una compañía de prospección marítima. En la década de 1960 Bush, ahora enriquecido, volvió a la política. Fue presidente local del Partido Republicano, y en 1966 ganó una banca en la Cámara de Representantes en Washington. Se desempeñó hasta 1970, cuando fracasó en su intento por llegar al Senado.
Durante la siguiente década ocupó varios puestos de alto nivel como jefe del Comité Nacional Republicano, embajador ante la ONU, enviado a China y director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), donde fue elogiado por restaurar la moral tras las revelaciones de actividad ilegal generalizada. Se desempeñó como vicepresidente de Ronald Reagan durante ocho años luego de perder con él en las primarias republicanas de 1980 y fue elegido Presidente por amplio margen en 1988, cuando la Guerra Fría llegaba a su fin.
Esta agresión no perdurará En el mayor desafío al orden posterior a la Guerra Fría, el ejército de un millón de hombres de Saddam Hussein invadió Kuwait en 1990 y parecía que iba a avanzar hacia Arabia Saudita, lo que le reportaría más de 40% de las reservas mundiales de petróleo. Entonces Bush esgrimió la famosa frase: “Esto no perdurará, esta agresión contra Kuwait”. En ese momento, formó una coalición de 32 naciones para expulsar a las fuerzas iraquíes en cuestión de semanas con un rápido asalto por aire y tierra. Unos 425.000 soldados estadounidenses respaldados por 118.000 efectivos aliados participaron en la Operación “Tormenta del Desierto”, diezmando a la maquinaria militar de Saddam aunque sin derrocarlo, tarea que llevaría a cabo 12 años después su hijo George W. Bush.
Animado por su victoria en el Golfo, George H.W. Bush y su respetado secretario de Estado James Baker impulsaron la Conferencia de Madrid de 1991 para poner en marcha el proceso de paz israelo-palestino. La conferencia fue simbólica, pero sentó las bases para los acuerdos de Oslo dos años más tarde. Bush envió tropas estadounidenses a derrocar y arrestar al hombre fuerte panameño Manuel Noriega en 1989, acusándolo por narcotráfico. También estableció las bases para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA).
A nivel nacional, sin embargo, la economía se estancó y Bush rompió su promesa de no subir los impuestos con el fin de llegar a un acuerdo sobre el presupuesto con los demócratas – pecado capital a ojos republicanos. Bush fracasó en su intento de reelección en 1992 ante Clinton -cuyo asistente acuñó el ahora famoso eslogan: “¡Es la economía, estúpido”.
Tras retirarse de la vida pública, Bush cumplió una promesa de tiempos de guerra de saltar un día desde un avión por diversión. Amplió su fama practicando paracaidismo en su 75°, 80°, 85° y 90 cumpleaños. Se unió a Clinton para recaudar fondos para las víctimas del tsunami asiático de 2004 y el terremoto de Haití de 2010. En 2011 el presidente Barack Obama le concedió el más alto honor civil de Estados Unidos, la Medalla de la Libertad.
Crédito Emol