Columna de Iván Cerda: “ El presupuesto no es un problema de Mayol ahora es un problema de todos”
La disminuida ejecución presupuestaria dejo de ser un problema solo para el intendente Mayol, lo fue seguramente cuando comenzó o mientras transcurrió su mandato, pero a estas alturas se transformó definitivamente en un grave problema que la autoridad traspaso súbitamente a toda la gente. A poco más de un mes de terminar el año y con una inversión ejecutada cercana al 37 % según lo informado por la subdere al término del tercer trimestre, la Araucanía se vuelve a situar en el último lugar del país, donde se torna bastante complejo e inalcanzable llegar a cumplir con el programa de inversión en una región que precisa focalizar de manera eficiente inversiones con alta derivada social para levantar y superar el precario y alarmante escenario de pobreza sentenciado por Casen. El dilema no pasa simplemente por gastar y cumplir con los números del año justificando inversiones públicas de última hora para la adquisición de equipos o maquinaria municipal en comunas, compras de terrenos para vivienda pública, u otras iniciativas extremas que finalmente se traducen en gasto desviado al ineficiente asistencialismo social. Menos presentable y bastante decepcionante para la opinión publica regional resulta escuchar a sus autoridades culpándose mutuamente, lo que advierte una profunda división y escaza preocupación por el tema de fondo, a excepción de la valorable y valiente postura de Evopoli que pone el interés de la región por sobre los acuerdos y lealtades políticas llamando a la autoridad a hacer la pega y abordar rápidas soluciones para salvar de manera asertiva, inteligente y planificada la focalización de los recursos haciendo más eficiente y productiva la inversión pública en beneficio de la gente. El peligro de no llegar a la meta de la inversión anual evidencia sin excusas una falta de liderazgo y capacidades, pero principalmente engendra la falta de confianza para administrar fondos adicionales de un anunciado plan que trae al parecer más recursos que ideas para levantar la región más frágil de Chile.