Columna de Roberto Neira: ¿Es posible una Gestión Urbana innovadora y con respeto a la diversidad?

Temuco es la cabecera de una región marcada por la pobreza y la carencia de servicios. Nuestra ciudad recibe a diario vecinos de toda La Araucanía que se desplazan por sus calles y utilizan su sistema de transporte que conecta con el comercio local. En ese sentido, su planificación y funcionamiento es indispensable, y requiere elevar esta responsabilidad.

Nuestra ciudad, fue reconocida hace varios años atrás como una ciudad líder en el desarrollo y modernización -a nivel latinoamericano- por las grandes obras públicas dirigidas desde el municipio, como el Estadio Municipal en el año 1962 (de material y techado), la piscina municipal, un edificio consistorial con escaleras mecánicas, galería comercial en 1980; y la galería de arte de la Plaza de Armas creada en 1989. Con la llegada de la democracia, Temuco continuó su crecimiento vertiginoso situándose entre las ciudades más grandes de Chile.

En la actualidad, Temuco es reconocida como una ciudad joven debido al gran número de Instituciones de Educación Superior. Es por esto, que la capital regional, más que modernizarse desde el punto de vista funcional, debe contemplar la innovación y el uso del conocimiento científico y social en una gestión que aporte al desarrollo urbano y a la calidad de vida de nuestros vecinas y vecinos.

En la gestión municipal, este ámbito se observa muy débil, casi sin tratamiento. La innovación permite superar problemas relevantes como, por ejemplo: el comercio ambulante, la congestión de servicios urbanos, la gestión de reposición de vías estructurantes de la ciudad, un plan de descontaminación, el tratamiento de la basura – reciclaje, el diseño de espacios y transporte público, entre tantos otros.

Nuestra ciudad tiene conflictos identitarios que son propios de las ciudades pujantes, y que no han tenido un tratamiento inteligente y eficaz. En este sentido, podemos encontrar el comercio indígena (hortaliceras y cochayuyeros) y el uso de la violencia en su contra, y los problemas con la bandera mapuche, como ejemplos de un tratamiento precario de la diversidad cultural. Por otra parte, encontramos proyectos fallidos como las huellas de Pablo Neruda, el escaso tratamiento turístico en la Feria Pinto, y el nulo impacto de Gabriela Mistral en nuestra ciudad.

Otro punto de importancia es observar el desarrollo inmobiliario, la segregación espacial y la pobreza de manera integral.  La gestión municipal debe demostrar que busca la igualdad en el desarrollo urbano de la ciudad. Esto se puede realizar a través del equilibrio de estándares en las principales avenidas de Temuco, un Plan Maestro de avenidas estructurantes (P. de Valdivia, Pablo Neruda, Av. Alemania, Barros Arana, Eje Caupolicán – Recabarren), la inclusión del mundo rural y de las comunidades mapuche en el desarrollo de Temuco y la gestión urbana.

Esto es lo que las personas esperan de un municipio, que solucione problemas relevantes y no que sea éste quien los genere. Un municipio debe demostrar una capacidad de gestión oportuna y superación de los problemas, y hoy es tiempo de comenzar a trazar ese camino.