Columna de Patricio Poza: 2020 y una necesaria reforma al sistema de transporte

Por diferentes redes sociales y medios de comunicación se han escuchado y leído los buenos deseos de numerosas autoridades para este nuevo año aludiendo a la paz social, el desarrollo económico y productivo de nuestra región y a todas esas “buenas vibras” que obviamente uno esperaría para el territorio que habita. Pero dejando de lado las típicas frases y yendo al plano práctico ¿Cuáles son los verdaderos desafíos que nos presenta el 2020?

Todas las alternativas que se propongan para la pregunta anterior (creo yo), estarán condicionadas por el estallido social que aún no finaliza en nuestro país. Hay que recordar que todo comenzó con la evasión del pago en el pasaje del metro en Santiago y que ha llegado a desencadenar al día de hoy un proceso para una nueva constitución que hasta hace un año nadie tenía contemplado ni en el mejor de los pronósticos.

Dejando al margen el proceso constituyente, creo que estamos lejos aún de ver propuestas que solucionen planos de la vida cotidiana de la gente, por ejemplo, en materia de transporte. Todo comenzó con el metro, pero aún no se plantea una reforma profunda al sistema de transporte nacional y local, en donde el Estado comience a tener un verdadero rol fiscalizador y se involucre para entregar un servicio de calidad a cada uno de los habitantes. ¿Alguien se ha preguntado que va a pasar en un par de años con el aumento sin freno del parque automotriz en Temuco y Padre las Casas? O ¿creen realmente que haciendo calles más anchas que le quitan espacio al ciudadano de a pie o creando grandes avenidas el colapso vial se evitará?

Tenemos instituciones como la Seremi de Transportes que sencillamente no sirven para nada, ni para evitar el alza de pasajes ni para implementar programas como el perímetro de exclusión en Temuco el cual vendría a entregar, por ejemplo, beneficios para los adultos mayores como la rebaja de pasajes, mayor tecnología, mejor maquinaria, etc.

Los desafíos son muchos e imposibles de profundizar en el breve texto que están leyendo. Pero no dejemos pasar el tiempo, es momento de escuchar a la gente y salir a la calle para entender la realidad que muchos vecinos y vecinas de la comuna viven a diario.

Deseo que el transporte público sea entendido como un derecho social y que no esperamos a que llegue marzo y nos encontremos con un malestar ciudadano que sigue latente y que pueda volver a estallar de una manera más brutal que el 18 de octubre. Transformemos Chile, transformemos y transportemos Temuco.