Proceso constituyente: ¿Una persona, dos votos?
Diversas han sido las demandas que han marcado las seis semanas que lleva la crisis social en Chile. Mejores salarios, cambios en el sistema de pensiones y más calidad y acceso a la salud y educación han sido algunas de ellas, las cuales han ido intercalando su intensidad en medio del inicio del debate por una nueva Constitución.
De todas ellas, hay una que viene con una fuerza previa y que esta semana tomó nuevos bríos gracias a la intervención del grupo porteño Lastesis. Se trata de la lucha feminista, que abarca desde el fin de la violencia física a la efectiva equidad de género en la sociedad, tema que está siendo clave hoy en la conformación de las reglas del proceso constituyente.
De hecho, hasta hoy, los partidos de la oposición y Chile Vamos aún están debatiendo sobre cuál es la mejor fórmula para asegurar que la presencia femenina en el órgano que elaborará la nueva Carta Magna sea lo más paritaria posible. Mientras el oficialismo apunta a mantener la fórmula vigente, desde la centroizquierda buscan mejorar esos estándares. En ese contexto, se ha activado un intenso debate a nivel de expertos y académicos sobre cuál es el mejor mecanismo para asegurar paridad de género.
Sin ir más allá, este sábado, el director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad, Claudio Alvarado, y la investigadora de esa entidad, Mariana Canales, expresaron sus aprehensiones al respecto. En una carta publicada por El Mercurio, ambos señalaron que el interés por promover la equidad de género “no puede llevarnos a ignorar las preguntas que despiertan algunas propuestas, como las cuotas de resultado, distintas a las cuotas de postulación.
Las primeras aseguran cupos en el órgano respectivo distorsionando el veredicto popular”. “Esta medida puede entrar en conflicto con el derecho político a elegir y a ser elegido. Al asegurar un porcentaje para ciertos grupos, los votos por el resto de los escaños valdrán más, rompiendo la igualdad democrática básica: ‘una persona, un voto’”, añadieron, junto con advertir sobre los peligros de favorecer a unos grupos por sobre otros. En respuesta, el director de Espacio Público y académico de la U. de Chile, Eduardo Engel, respondió que “la tensión anterior se resuelve teniendo dos elecciones en paralelo, una de 155 mujeres, la otra de 155 hombres. Todos votaríamos en las dos elecciones, por una mujer en la primera, por un hombre en la segunda”. “Cada elección se organiza con los mismos distritos, y el mismo número de representantes a elegir en cada distrito, como en las elecciones de diputados. Creo que la legitimidad de una nueva Constitución será mayor si el ente que la redacta está compuesto por igual número de hombres y mujeres”, subrayó.
En esa línea, Engel aseveró que “si estamos dispuestos a reemplazar “una persona, un voto” por “una persona, dos votos”, se puede hacer. Sin embargo, dicha visión fue refutada por la cientista política, académica de la Universidad de Santiago y parte de la Red de Politólogas, Pamela Figueroa, quien explicó que la fórmula de Engel “la descartamos, porque está descontextualizada en nuestro sistema electoral actual”. “Él es economista, no es experto en estos temas, así que me imagino que habrá querido hacer su mejor esfuerzo, pero la verdad es que él se basa en una experiencia de Italia con otro sistema electoral. Por tanto, su supuesto base de análisis comparativo es erróneo”, añadió.
A juicio de Figueroa, “él tiene un problema metodológico para tratar de comparar esa elección con lo que podría ser la paridad en Chile. Considerando nuestro sistema electoral y el debate actual nos parece que la corrección de lista es lo más viable y adecuado”, añadió. Asimismo, detalló que una elección con dos papeletas tendría varias complicaciones en Chile. El primero es que si se mantienen los distritos actuales que son impares, es decir, que eligen 3, 5 o 7 escaños, no se podría asegurar una paridad en el órgano constituyente. Asimismo, tendría que aumentarse el número de delegados de 155 a 310, lo cual ya fue rechazado por los partidos de Chile Vamos.
Las posturas sobre otras fórmulas Desde que los partidos de la oposición decidieron sumar elementos al acuerdo histórico del pasado 15 de noviembre que permitió el inicio del proceso constituyente, varias han sido las propuestas para permitir que haya escaños reservados para pueblos indígenas y una integración paritaria del próximo órgano constituyente.
Según explicaron a Emol distintos protagonistas de las negociaciones, la posición de Chile Vamos es partir de la base de la actual legislación que fue impulsada y aprobada durante el gobierno de Michelle Bachelet, que establece que ninguno de los dos géneros podrá superar el 60% de presencia en las listas de candidatos en las elecciones parlamentarias. En las tratativas, desde la oposición partieron con la idea de establecer un sistema de corrección al resultado final de las elecciones de delegados para la convención constituyente. Sin embargo, ante el rechazo del oficialismo, se han abierto a otras fórmulas, como listas paritarias de 50% para cada género, mejorando la actual legislación. En medio de ese debate, el capítulo chileno de Red de Politólogas, organización que agrupa a más de 350 cientistas políticas de 24 países latinoamericanos, elaboró ayer un documento en el que abordan el tema, el cual fue entregado a todos los presidentes de partido de ambos bloques. En el texto, al que accedió Emol, aclaran cuál sería el mejor mecanismo.
En esa línea, las profesionales advierten que “el objetivo a lograr es una conformación equilibrada que permita que las mujeres de todos los grupos sociales y sectores políticos puedan estar presente a la hora de definir el nuevo texto constitucional. Se requiere buscar alternativas que permitan acercarse a la paridad y no solo una competencia equilibrada”. Por ello, y bajo el supuesto de que se van a elegir 155 convencionales divididos en los distritos electorales actuales y que las candidaturas serán presentadas en formato de listas, el grupo de expertas, compuesto por figuras como Lucia Dammert, Marcela Ríos, Paulina Astroza, entre otras, diseñó distintas alternativas, marcando una como la más efectiva.
Para ellas, la mejor fórmula de integración paritaria es aplicando una corrección al resultado final después de la asignación de escaños. “Esto se puede hacer por distrito: En los distritos de 8 se eligen por lo menos las cuatro mujeres más votadas, en los de 7 o 6 por lo menos las tres más votadas, en los de 5 o 4, por lo menos 2 y en los de 3 por lo menos una”. Según Figueroa, “para el caso de Chile, nos parece que se ajusta mejor, porque una cosa es la paridad en las listas y otra la paridad en los resultados, nos parece que lo mejor es corregir listas luego de la elección. Es el sistema que se ocupó en el Colegio de Abogados, que es el único organismo que ha tenido una elección con resultado paritario en Chile”.
En segundo lugar, la agrupación señaló en su documento que una alternativa secundaria es promover candidaturas paritarias, mejorando las cuotas actuales. Sin embargo, ello no garantiza un resultado paritario como la primera opción. En ese sistema, los dirigentes controlan el orden en el que las candidaturas las listas y el electorado vota por partido. “En el caso de los distritos actuales, podría mejorar la elegibilidad de mujeres sólo si los partidos se comprometen a que sean las mujeres las que encabecen las listas, al menos en los distritos de tres a cinco escaños”, añadieron.
Fuente: Emol.com