Rubilar prepara su salida de la Intendencia Metropolitana
Esta tarde tiene hora con los senadores RN Manuel José Ossandón y Andrés Allamand, sus jefes de campaña de facto hasta que no nombre el suyo y termine de armar el equipo con el que enfrentará la prolongada, costosa e incierta ruta a la elección de gobernadores de octubre 2020. Le tocará turno después de Paola Becker, aspirante a la gobernación de Ñuble, VIII Región, y otra de las fichas por las que la dupla de pretendientes a la presidencial apuesta en esta vuelta. Sus tiempos se estrechan y Karla Rubilar vive sus últimos días como intendenta, encarando varias dudas y desafíos que se le vienen encima.
Tuvo modificar su agenda -que tenía dos actividades, una de ellas en Puente Alto, histórico bolsón electoral del “Cote”- para atender la inundación en Providencia por la rotura de una matriz. Pero parte de su cabeza ya la tiene en lo que vendrá después. Para el encuentro de mañana, fijado en la sede del Instituto Libertad, los dos senadores le dejaron tareas, partiendo por delinear su staff de campaña. A la saliente autoridad se le ha sugerido una planificación y priorizar lo que tendrá que hacer cuando deje el antiguo edificio de Morandé con Moneda.
La idea es que su salida del cargo se note. En La Moneda calculan que partirán entre cinco y ocho intendentes (a dos, cuentan, todavía hay que terminar de convencerlos), así que a ella no le conviene salir en grupo. Hasta hace unos días, la idea era que dijera adiós al auto fiscal, al corte de cintas y al sueldo de ministro -$7 millones- el lunes 21 o el martes 22. Pero quién sabe: dicen que todavía le falta hablar con el Presidente Sebastián Piñera. En lo inmediato, Rubilar necesita seguridades del mandatario sobre quién la reemplazará y le cuidará las espaldas en la campaña, entre otras dudas.
Una de éstas es de qué vivirá. La ex diputada tiene cuatro hijos y queda todavía un año para la elección. Eso lo han hecho ver en la UDI y en RN.
Como sea, y aunque queda harto trecho por delante, que a Rubilar se le acabe el cronómetro ha apurado cavilaciones e inquietudes en el resto de Chile Vamos. Tanto, que en estas últimas dos semanas varios han hablado de “histeria”. ¿Por qué, si se supone que solo la intendenta está apurada por el plazo que muere el viernes 25? Veamos.
Primarias, vitales pero demasiado caras
A primera vista pareciera que lo ideal para la intendenta Rubilar es no enfrentar competencia en su sector, y así tener desde el principio detrás suyo a alcaldes UDI y RN, ministros y subsecretarios sin distinción. Pero eso ya no fue: el jefe de Evópoli, Hernán Larraín, ya fue a disputarle cámaras anteayer a una actividad presidencial a la que no estaba invitado, y estaría a días u horas de lanzar su candidatura. Algunos creen que podrían forzar que se baje si los otros partidos se unen detrás de la intendenta. Pero no es tan fácil. Y tampoco lo óptimo.
A Rubilar y al sector le convendría (y a Joaquín Lavín también) que ella se bata en una primaria lo más animada y competitiva posible. En los partidos de derecha, y en algunos patios de Palacio calculan que un escenario posible es que el DC Claudio Orrego -si es que de verdad no postula el PPD Francisco Vidal– se valide en una primaria contra la ex ministra PC Claudia Pascual y el ex presidente de RD Sebastián Depolo, si es que no se suman más. “Si ella pasa todos estos meses haciendo campaña sola, le van a pasar por encima después”, alerta una autoridad de gobierno.
Con una primaria, dice una autoridad, en los hechos “se puede adelantar la elección” para abril del 2020.
¿Le sirve una primaria solo contra Larraín Mattte? Dudoso, opinan en el sector. Evópoli no tiene alcaldes, sería un final algo predecible y no movilizaría votantes. Lo idea, repiten algunos partidarios de esta tesis, es que sea a tres bandas, contra un UDI. El partido que presidente la senadora Jacqueline van Rysselberghe tiene fama histórica de movilizar votantes, como lo demostró en la primaria presidencial en que Pablo Longueira venció a Allamand (2013). Como sea, esta tesis postula que hay que evitar a toda costa que la noche de las primarias la oposición atraiga más electores.
Pero esas primarias tienen un problemón que sobrepasa los nueve dígitos. La ley no contempla financiamiento estatal, los partidos alegan -siempre lo hacen- que sus arcas están famélicas y los veteranos calculan, al ojo, que una candidata como Rubilar necesitaría de unos $500 millones o $600 millones solo para esa campaña. Después viene la elección, que aunque tenga cobertura estatal depende de un reembolso contra la votación obtenida.
De cualquier modo, Allamand estaría concentrando su asesoría a Rubilar en aplicar las dolorosas lecciones de cuando mordió el polvo ante Longueira: las primarias se ganan en la zona Oriente de Santiago. En esa zona está Felipe Guevara, alcalde RN de Lo Barnechea, y quien se ha reunido ya con Rubilar.
“Ojalá se hiciera una primaria lo más amplia posible, que le permita a Karla recorrer una región enorme, de 7 millones de personas, y regalarle ese espacio a la oposición. Los alcaldes estamos comprometidos en este proceso. Sí aprovecho de criticar que estas primarias no tengan financiamiento estatal”, dice Guevara.
La UDI, con freno de mano
Rubilar ha dicho varias veces, y es cierto, que cuenta con simpatías y apoyos en la UDI. Diputados como Patricio Melero, y alcaldes como Mario Olavarría (Colina) y Rodrigo Delgado (Estación Central), son de los suyos. Pero de momento no han salido a predicarlo con soltura, porque a Van Rysselberghe tampoco le conviene tanto entregarle en bandeja la Metropolitana a RN.
La senadora tiene que demostrar -lo leen así en el colectivo- que es digna heredera del puesto que ocuparon antes Jovino Novoa y Juan Antonio Coloma, y para eso ha de luchar por tratar de resucitar al partido en Santiago, luego que en las últimas senatoriales fuera desalojado hasta del cupo que les legara Jaime Guzmán.
Pero también ha apurado su búsqueda de cartas porque no quiere que, con el pretexto del factor Rubilar, se le desordenen las filas. Los partidarios de plegarse tras la intendenta son casi todos disidentes a su gestión en la UDI. Otros, no. De momento, Delgado ha debido abstenerse de apoyar a la saliente autoridad porque integra el comité electoral gremialista, el mismo que sondea posibles candidatos. Otra versión dice que Van Rysselberghe habría hablado con Delgado y Olavarría para que pisaran el freno mientras ella no selle toda la negociación con los demás partidos de Chile Vamos. Esta incluiría, en caso de que fuera Rubilar la candidata, una serie de compensaciones para el gremialismo en otras regiones, como la Quinta.
Hay otro punto. Entre los mismos UDIs que apoyan a Rubilar preocupa tanta cercanía de ella con Allamand: no quieren que se matricule tanto con un aspirante presidencial RN, si en el fondo va a necesitar en campaña a los alcaldes de Lavín.
Por mientras, la senadora dice que “es absolutamente imprescindible (una primaria). Un año sin exposición pública es mucho y como creo que es un hecho que van a realizar primarias en la oposición, eso es dar una ventaja gigante en una elección que sin dudas será difícil. Por eso, las primarias en nuestro sector, y sobretodo en la Metropolitana, son muy importantes y dentro de esa primaria hay que cuidar todos los liderazgos para posteriormente ponernos todos detrás del que gane”.
Hasta ahora su búsqueda no ha terminado. Pablo Zalaquett ha dicho más no que sí, pero sin cerrar la puerta como lo hizo Evelyn Matthei. También se ha medido a la ministra de Educación, Marcela Cubillos. Otros sugieren que podrían medir a la ex diputada Andrea Molina, quien se bajó de la idea de competir por la gobernación de Valparaíso, donde postularán a Macarena Santelices, alcaldesa de Olmué. Otra opción, si nada cuaja, es pactar omisión a favor de RN en Santiago y que a la UDI se le retribuya en la V Región.
La Tercera